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¿Quienes somos? Hermanitas de Jesús...

Hermanitas de Jesús (de Carlos de Foucauld) en Málaga

 

Nuestra comunidad lleva mucho tiempo en Málaga, primero en la playa San Andrés, luego en La Palmilla. Actualmente somos cuatro hermanitas  en esta barriada. 

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Nuestra vida es una vida de intimidad con el Señor en el marco de una vida ordinaria sencilla y comunitaria.

Así vivimos en un piso de la barriada. Encontramos a nuestros vecinos en las idas y venidas en el barrio, en lo cotidiano. Algunos vienen con frecuencia a nuestra casa. Compartimos las alegrías y las dificultades y las llevamos en la oración en la que a veces participan. Algunos vecinos están en la cárcel, los visitamos y tratamos de apoyar a las familias.

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Nuestra comunidad forma parte de una familia más amplia, la de la espiritualidad de Carlos de Foucauld, que es un apoyo y una riqueza muy grande para nosotras.

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Hermanita Magdeleine: una historia de amistad

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Hermanita Magdeleine fundó nuestra congregación en el desierto de Argelia, en 1939, en medio de un grupo de nomadas musulmanes. Ella necesitaba tanto su ayuda como ellos necesitaban la suya. Su manera de situarse así sin medios importantes, viviendo una amistad profunda, una unidad concreta, una confianza, con un pueblo tan diferente de cultura y de religión, ha marcado la manera de situarnos en cualquier sitio del mundo, con cualquier población. 

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Acoger al niño Jesús y darlo a todos

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Hermanita Magdeleine vivió una intimidad profunda con el Niño Jesús,  por el que se dejó conducir ciegamente en las dificultades más grandes. Es el mismo Niño Jesús el que le enseñó los caminos hacia relaciones humanas sencillas, en medio de los más humildes, los que más sufren, los que padecen todo tipo de divisiones o exclusión, con su mensaje de paz, de alegría, de esperanza.

 

Fue la Virgen la que le dió a su Niño, y Hermanita Magdeleine deseaba darlo a su vez a todos, empezando por su hermanitas, diciéndoles que con el Niño Jesús en sus brazos, ya no se podrían monstrar duras o superiores con los demás. Quería que se diera este mensaje por la acogida en las fraternidades, por la solidaridad en los lugares de trabajo, y también por la artesanía, que habla más que las palabras.

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El Hijo de Dios, niño debil y abandonado entre las manos de los humanos,

El Hijo de Dios, hombre asumiendo por amor y misericordia el sufrimiento de la cruz,

abandonándose al Padre, 

es la misma persona, es el mismo misterio,

camino hacia el Padre, y camino hacia cada hermana o hermano.

Capilla del piso de las hermanitas en la Palmilla

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Cada día, oramos juntas la oración de la Iglesia. Compartimos el Evangelio y rezamos solas delante del Santísimo, uniéndonos a la ofrenda de Jesús por el mundo entero y la unidad entre los humanos.

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